Península de Yucatán en bici (parte 2)
Esta es la segunda parte del relato que comenzó en La península de Yucatán en bici (parte 1). Estábamos en Mérida y el mayor reto que se nos presentaba era encontrar la salida menos transitada. Elegimos la desviación a Tixkokob…
Bienvenidos a esta segunda parte de nuestro viaje en bicicleta por Yucatán.
Cacalchén
Luego de unos kilómetros de tránsito pesado, llegamos a Cacalchén. Al instante que ingresamos al pueblo sentimos que el tiempo se detuvo.
Izamal
Llegamos a Izamal cuando el sol comenzaba a dejar de dar batalla. Izamal conocida como «la ciudad amarilla», cuenta con el atrio más grande de Latinoamérica.
El atardecer convierte a cada esquina de este pueblo mágico en una postal. Encantadoras resultan sus calles, no tanto así el precio por hospedaje.
Tunkás
Fue un pueblito que no esperábamos conocer. Pero gracias a que nos equivocamos en un desvío llegamos a él. La vida tranquila de pueblo hacia poesía en sus calles. La doñita de las tortillas en una esquina. El señor de la tienda de abarrotes barriendo la banqueta.
Un pueblo en el que para muchos “no pasaba nada”, para nosotrxs pasaba todo. Nos quedamos almorzando debajo de un árbol frente a una escuela.
La gente nos saludaba y se acercaba a conversar. Si gustan pueden pasar la noche en la escuela – nos decían. Estábamos felices de que el camino equivocado nos haya llevado al lugar correcto…
Pisté
Dentro de nuestro recorrido no estaba planeado conocer Chichen Itzá pero como ya mencioné nos habíamos confundido de carretera. Así es como llegamos a Pisté, la población más cercana a la famosa zona arqueológica.
Nos quedamos en un hotel, o mejor dicho en el patio de un hotel en el que nos dejaron acampar. El lugar contaba con alberca e internet. Lo que nos permitió hacer base por unos días.
Chichen Itzá
Aprovechando que los domingos todos los museos y zonas arqueológicas en México son de entrada gratuita para nacionales y residentes nos fuimos bien temprano a conocer la famosa pirámide de Kukulkán.
Recorrerlo de mañana y en temporada baja nos supo a gloria.
Nos asombró la cantidad de puestos de artesanías dentro de la zona arqueológica. Hace algunos años que prohibieron el acceso a las pirámides y templos por lo que me quedé con las ganas de recorrer el templo de los guerreros por dentro.
Valladolid
Después de haber pasado semanas entre pueblitos como Calkiní, Cacalchén o Tunkás; el turístico Valladolid se nos hizo mucho ruido pocas nueces. Para empezar los turistas en la plaza nos tenían miedo y se alejaban cuando pasaban cerca.
Claro que le escena no les resultaba familiar: dos locos en bicicleta, comiendo tacos de frijoles y arroz en un banco de plaza.
Cenote Suytún
Yucatán además de los maravillosos pueblos, cuenta con una de las más increíbles maravillas de México: los cenotes. No podíamos irnos de estado sin conocer uno (sobre todo sabiendo que en Quintana Roo el costo de la entrada sería mayor)
Gracias a una aplicación encontramos el eco-parque Suytun, a solo 10 km de Valladolid. No salíamos de nuestro asombro de que recién eran las 3 de la tarde y ya habíamos llegado a la meta del día. El complejo cuenta con una zona para acampar, una alberca, una pequeña tienda y unas cabañas. Al ser temporada baja éramos los únicos visitantes en el lugar. Armamos la casa de campaña, nos dimos una ducha (para no entrar con todo el sudor al cenote) y nos fuimos hasta la entrada del lugar. El Cenote Suytun es una caverna subterránea de agua cristalina y con una profundidad de 4 metros. Se pueden observar tanto los peces de agua dulce que viven en él, como las formaciones de estalactitas que lo rodean y le dan un encanto particular. En el centro hay un hoyo formado de manera natural que permite la única entrada de luz.
Luego de unos chapuzones helados, volvimos a la zona de camping a pasar el día en la alberca tomando mates y descansando.
Si quieres ver más cenotes, también puedes leer Los mejores cenotes para visitar cerca de Tulum
El clima estaba tan agradable que le preguntamos al guardia si podíamos dormir en las reposeras con colchonetas. Dejando todo listo para la mañana siguiente dormimos más relajados sabiendo que contaríamos con algo de tiempo extra para el día siguiente en el que tendríamos 94 km bajo el sol…
Cobá
Salimos antes que amanezca. Una neblina inundaba el paisaje, permitiendo ver solo por unos metros. Llevábamos un ritmo de pedaleo excelente, tanto que no salíamos del asombro. Cuando por fin cruzamos al estado de Quintana Roo el calor y el sol ya nos estaban agotando. Atrás quedaba el estado de Yucatán con la calidez de su gente, las cómodas hamacas, la comida barata y las ruinas mayas al costado del camino. Empecé a sentir unos fuertes dolores menstruales (algo que no me había pasado hasta ahora). Le pido a Camilo que nos desviemos a Cobá.
Como habíamos hecho más de 50 km pensamos que unas horas de sombra no vendrían nada mal. Los dolores cada vez eran más intensos y me costaba demasiado pedalear. Para cuando llegamos a la laguna del pueblo ya no daba más. Me acosté debajo de un árbol al lado del muelle en el que cada 15 minutos bajaba un camión repleto de turistas, tomaban fotos a la laguna y se volvían a subir al camión. Aún con todo ese caos me dormí. A las 3 de la tarde ya me sentía mejor y finalmente retomamos ruta. Algo con lo que no contábamos era con el cambio de hora de un estado a otro (el reloj se había adelantado una hora).
El camino recto y se nos hacía interminable. El paisaje era monótono y tedioso. Los carteles que anunciaban la proximidad de Tulum pero que no se ponían de acuerdo en los kilómetros comenzaron a preocuparme. Para cuando por fin llegamos a destino en lo único que pensaba era en dormir y esperaba con ansias que semejante día para llegar hasta aquí haya valido la pena (pero eso ya es otra historia)
Algunas recomendaciones para viajar en bicicleta por la Península de Yucatán:
Carreteras: El estado en general es regular. En las rutas sin cuota no contarán con acotamiento, pero irán más tranquilos, ya que el tránsito es mucho menor al de las autopistas.
Dónde dormir: Recomendamos utilizar la aplicación iOverlander para encontrar datos de cruz roja, bomberos y camping baratos. Lo mejor es que si cargan el recorrido, la pueden seguir usando aún sin conexión a internet.
Extras: Cubrirse bien del sol y llevar mucha agua, ya que hay largos tramos sin poblados. Sin van a las purificadoras de los pueblos conseguirán recargar las botellas por menos dinero y en muchas oportunidades hacerlo gratis.
Sorry, the comment form is closed at this time.
Silvina De Marcos
Que fotos hermosas!!!!! Bello lugar
Plan B Viajero
Muchas gracias! Te encantaría el Cenote Suytun 🙂
Pingback: Cumplimos 4 años de vivir de viaje ¿cómo lo logramos?