Llegada a México – fronteras
Y por fin llegó el día de la llegada a México!
Frontera Tapachula
Llegamos a México ingresando por tierra en la frontera de Tapachula, tengo el recuerdo latente del puente que separa Guatemala de México porque a mitad del puente pasan de ser inscripciones mayas a mexicas. Me recuerdo saltando feliz y recibir la bienvenida de dos agentes de migración que se encontraban tomando un helado. Para Camilo era el regreso a su tierra natal luego de 7 años viviendo en Argentina, para mí un sueño hecho realidad. En Tapachula nos quedamos tan solo unas horas y de ahí nos fuimos a San Cristóbal de Las Casas (de la primera vez no tenemos fotos sencillamente porque no teníamos cámara)
Dos veces entramos a México, puesto que ya estando en el DF decidimos regresar a Guatemala para conocer nuevos lugares como Semuc Champey. La segunda entrada al país azteca la hicimos por Frontera Corozal (puesto que nos encontrábamos en Flores) y de esta vez tenemos fotos así aquí las compartiremos.
Las fronteras entre México y Guatemala debo confesar que son las más caóticas y en las que más miedo sentí. En el caso de Tapachula la “oficina de migración” no es más que una ventanita que da a la calle y lugar donde te tienes que preocupar de que no roben el pasaporte. Está repleto de personas que te ofrecen cambiar de quetzal a peso mexicano, y también de oportunistas (chantas, “chuecos”) que al grito de “Passport” te quieren robar la documentación con la falsa excusa de ser agentes de migración. No hay policías, no hay nada, es prácticamente tierra de nadie.
Ya del lado mexicano, la cuestión se vuelve más oficial. Te hacen responder a varias preguntas, y tengo entendido que te piden mostrar 500 dólares en efectivo (pero creo que es una regla que aplica mas cuando el arribo es por avión, donde también te exigen el boleto cerrado) Por suerte nos atendieron dos agentes amables, con los que hasta llegamos a bromear, recuerdo que a uno le gustaba el mate y nos preguntó si traíamos con nosotrxs tal cosa.
Frontera Corozal
Casi junto a la frontera México-Guatemala se encuentra al este del estado de Chiapas donde indígenas tzeltales, choles, lacandones y mestizos protegen una gran riqueza natural. Frontera Corozal, está en el extremo poniente del municipio de Ocosingo, Chiapas. Se trata de una ciudad fronteriza, situada en las orillas del río Usumacinta frente a Bet-el, Guatemala . Es conocida por su muelle con barcos llamados lanchas que transportan a la gente a las ruinas mayas (de otro modo inaccesibles) de Yaxchilán, Toniná y Bonampak.
Una de las cosas que más me llamó la atención de esta frontera es como cambia el acento al pasar de un extremo al otro, pese a ser las mismas culturas, las comunidades son otras y eso se ve reflejado en la vestimenta, los dialectos y hasta en el trato.
Nosotrxs comenzamos este recorrido saliendo una mañana bien temprano desde Flores (Guatemala) en el servicio de shuttle hasta la ciudad de Palenque (nos costó unos 30 dólares en total) El camino hasta la frontera fue de tierra, eso sumado a la falta de amortiguación de la combi, hacía sentir más dolorosos los saltos e imposible conciliar el sueño. Al llegar a la oficina de migración (una casita en el medio de la nada) el chófer nos comunica que tenemos que pagar un impuesto por “servicios de migración”, pero Julien (un chico que también viajaba en la combi) nos advierte a todxs que tal impuesto era mentira, que no debíamos pagar nada. Julien tenía razón, tal impuesto no era más que un arreglo entre los agentes migratorios y los del servicio de shuttle, así que sean precavidos.
Gracias a esto no tuvimos que pagar nada, nos sellaron el pasaporte y recorrimos otros 20 minutos más hasta llegar al río, donde nos subimos a la lancha que nos llevaría hasta la frontera del lado mexicano.
El recorrido fue de lo más placido y la vista increíble.
Ya del lado de México (en taxi o caminando) nos dirigimos a migración, pasaporte sellado y nuevamente en México, para llegar felices a Palenque!