Llegamos A San Salvador de Jujuy y lo primero que hicimos, como de costumbre, fue buscar alojamiento. Como el punto de encuentro acordado había sido la plaza principal, los lugares de hospedajes cercanos a ese sitio eran caros. Por lo que decidimos ir hasta la oficina de Información de Turismo (ubicado afuera de la Terminal de Ómnibus) En dicho lugar, nos dijeron que la opción más barata para pasar la noche era el Camping Municipal a las afueras de la ciudad (a unos 5 km) Cuando escuchamos el precio, no dudamos en ir. Nos tomamos un colectivo de línea que nos dejó en la ruta y de ahí, caminamos hasta el camping. Gran sorpresa fue encontrarnos en la entrada del camping con un muy maleducado y prepotente administrador que nos puso al tanto de los precios del lugar, no solo que eran carísimos sino que no tenían sentido y nos salía casi lo mismo que quedarnos en un Hostel. Inmediatamente volvimos a la ruta a esperar el colectivo que nos levara de vuelta a la ciudad, todo esto bajo una molesta llovizna. Para ese entonces estábamos fastidiosxs debido a la lluvia y la humedad y enfurecidxs con la persona que en la oficina nos había aconsejado trasladarnos hasta el medio de la nada y ¡por nada! Cuando llegamos a la oficina le explicamos lo sucedido y les pedimos que no brindaran falsa información, a lo que lxs empleadxs públicos del lugar apelaron nos termino por irritar: “Que era nuestra culpa, que ese no era su trabajo” Hubo subidas de tono y calificaciones despectivas hacia nosotrxs, recuerdo que lo último que nos dijeron fue: “porteños tenían que ser”, ridículo de su parte, puesto que de lxs cuatro del grupo sólo uno nació en la ciudad porteña.

 

 

Finalmente encontramos un lugar económico para pasar la noche, en el que pudimos encontrar gente agradable con que conversamos y reírnos mientras cenamos. Al día siguiente, partimos con rumbo a Purmamarca. El paisaje que se tiene en ese trayecto, debo decirles que es bellísima, como van variando los colores y la vegetación, es realmente hermoso, y no creo que haya foto que pueda retratar esa sensación.

 

 

Purmamarca es un pueblito pequeño que tiene como recuerdo la postal del Cerro de Los Siete Colores de fondo, y que al verlo por primera vez, parece bañado con un halo onírico. Pero este pueblito de ensueños se ve manchado por la cantidad de hoteles ostentosos cinco estrellas y por el desalojo que está sufriendo la gente del lugar, debido a la explosión turística de la zona y el potencial de los terrenos para lucrar más. La plata de estos lugares NO ES ni va destinada a lxs originarixs del sitio, sino a capital extranjero y de empresarixs porteñxs. Todo esto, con el aval y en complicidad de las autoridades locales.

 

 

También se puede observar otra realidad que en este momento está afectando al Norte Argentino y a Bolivia (principalmente) que es que, debido al flujo turístico del que goza está desapareciendo la elaboración de tejido artesanal de estética norteña, para ser suplantada por una fabricada y manufacturada en China. A simple vista, es muy parecida, pero basta detenerse a constatar para notar que en todos los puestos se venden exactamente los mismos diseños, y si hablar de la calidad de la lana. Personalmente, me genera una ambivalencia, por un lado, porque creo que es gente de muy bajos recursos la que se encarga de venderla (pero también sé que se la están comprando a alguien mas) y necesitan comer, pero por otro lado sé también que ese comercio está acabando con sus tradiciones y costumbres milenarias (los tejidos artesanales no pueden competir con el bajo costo de producción de los tejidos industriales)

Por mi parte, considero no dejo de honrar ni de respetar la cultura de los Pueblos Originarios y no necesito de un gorro coya, ni de un suéter (fabricado en China y con diseño norteño) para sentir que fui al Norte Argentino. Les aconsejo es, tal vez, que busquen aquellos que se nota son artesanales (que muy probable, cuesten un poco más y sean más difíciles de encontrar) y que no sólo estarán ayudando a quien lo vende sino ayudando a conservar sus tradiciones ancestrales.

 

 

La caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba; la SOLIDARIDAD es HORIZONTAL e implica RESPETO MUTUO» , Eduardo Galeano.

 

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