Llevamos más de 4 años de vivir viajando y medio de viaje. En todo el tiempo que llevamos viajando hemos cambiado tanto que no terminamos de procesarlo por completo. Nos encanta compartir conocimientos, ayudar a otros a animarse a viajar y conocer gente de diferentes partes del mundo.

 

 

En este post denominado como: comer, dormir, trabajar voy a tratar de responder aquellas preguntas que muchas veces surgen a los minutos de contarles que vivimos viajando (o viajamos viviendo) Lo titulé así y en ese orden porque esas son nuestras tres prioridades…

 

 

Comer

Como ciclo-viajeros la alimentación es el punto más importante. Nosotrxs no consumimos nada de origen animal (y eso incluye no comer lácteos, quesos y demás) Y si te estas preguntando: “¿y estos qué comen?” Mi respuesta es: todo lo demás. Vamos a dar un ejemplo: comenzamos la mañana (o mejor dicho la madrugada) con granola y frutas. Seguimos el segundo desayuno con unos deliciosos mates (y el que ceba mejor es Camilo, yo soy pésima) Los frijoles son nuestros grandes aliados a la hora del almuerzo. Durante todo el día vamos comiendo frutas (dependiendo en que zona nos encontremos, el sabor que tocará) Terminando el día con una buena porción de carbohidratos (es decir, pasta).

 

 

Si quieres saber porqué decidimos cambiar nuestra alimentación puedes leer Ser vegano y viajero sin morir en el intento

 

Tenemos un conjunto de ollas que nos salvan bastante. Si nos quedamos por más de una noche en una casa, aprovechamos para llevarnos comida preparada cuando salimos nuevamente a la ruta. Un clásico que nos encanta hacer: milanesas de garbanzo.

 

ACLARACIÓN: Esto es a modo de ejemplo, no significa que TODOS los días comamos exactamente así.

 

 

Y si la otra duda es: ¿es muy difícil? La respuesta es no, no es difícil. Muchas veces nos llevamos la comida preparada para tener lista cuando paramos a mitad de recorrido, otras preferimos cocinar en el camino. “Ah! Pero para ser vegano hay que tener dinero” No, ¡para nada! Nosotros estamos bastante lejos de ser millonarios en el sentido económico. Y no, no nos mantienen nuestros padres. Como cualquier estilo de vida puede ser muy caro, pero realmente las verduras y las legumbres siempre son más baratas que la carne. Tampoco es lo mismo, hacer tu propia comida que comprarla. De igual modo, al quitar el factor de gastos en traslados, le damos prioridad a alimentarnos bien y variado.

 

 

 

Las botellas con agua las recargamos en las purificadoras de pueblo, y son muy pocas las veces que tenemos que pagar por ello.

 

Dormir

 

Usamos plataformas como CouchSurfing y WarmShowers (que es como el primero pero solo para ciclistas) También aprovechamos la generosidad de la querida Cruz Roja o de Bomberos.

 

 

Cuando no encontramos ninguna de las opciones anteriores, o simplemente queremos variar utilizamos la plataforma iOverlander para encontrar lugares baratos donde pasar la noche.

 

Trabajar

 

¡La pregunta del millón! la que siempre levanta sospechas, el secreto peor guardado de cualquier viajero. “y ustedes, ¿cómo financian el viaje?” Del mismo modo que el resto de las personas: TRABAJANDO. No hay misterio. Que en las redes sociales solo se compartan imágenes de los paisajes no significa que estamos todo el día patas para arriba. Recuerda que vivir viajando no es lo mismo a vivir de vacaciones.

 

También puedes leer Mitos y verdades de ser viajero

 

Si nos quedamos unas semanas en un lugar vendemos comida, o trabajamos temporalmente como meseros. Algo que también hacemos apenas estamos recién llegados a un lugar es ir a la plaza principal con las bicicletas (y todo lo que levamos encima) y ofrecemos fotos del viaje a voluntad (las que mejor se venden son las que tienen como protagonistas a las bicis) No necesitas ser el gran fotógrafo ni tener las grandes tomas, al fin y al cabo, la gente está comprando tu proyecto por lo que es necesario hablar mucho. Y por si fuera poco y nos sobrara tiempo hacemos diseño web, la mayoría de nuestros clientes llegan a través de nuestro blog 🙂

 

Si quieres conocer más de nuestro emprendimiento que nos permite seguir viajando puedes encontrar toda la info en Mate Chingón Diseño Web 

 

 

Antes de salir de comenzar el viaje, hicimos lo que hace la mayoría: ahorrar. Pero los ahorros no son eternos y tuvimos que usar el ingenio para seguir viviendo y viajando.

«Vayan a trabajar, vagos» nos dijeron una vez. Lo que esa persona no sabía es que nos habíamos levantado a las 4 de la mañana para empezar a pedalear, para cuando él nos había sentenciado con su frase, llevábamos 92 km recorridos (con 40 km de equipaje y sol que rajaba la tierra en dos) Y lo que no sabía es que nuestro día no terminaba, teníamos que llegar a destino antes de que caiga el sol, encontrar donde dormir, comprar para cocinarnos, armar «la casa» (es decir la casa de campaña), bañarnos y acostarnos antes de las 10 de la noche, para al día siguiente levantarnos y repetir esta rutina de la no- rutina. No es que me queje, lo hacemos con gusto y porque nos hace felices, pero nadie pedalea por nosotros. Todo aquel que haya viajado o viaje en bicicleta sabe el esfuerzo que ello implica.

 

 

No hay recetas mágicas para vivir viajando. Todo depende de aprovechar todas nuestras habilidades y saber explotarlas.

 

 

No tenemos grandes gastos. De hecho, gastamos más dinero viviendo fijos en un lugar que moviéndonos. El dinero que se necesita para poder viajar es relativo al estilo de vida que elijan llevar.

Y aprovecho para aclarar también que viajamos sin prisa, por eso no podemos hablar de cuándo vamos a llegar a Argentina. No lo hacemos para llegar, la meta es el camino.

Además vivir de viaje no significa que todo el tiempo nos estamos moviendo de un lugar al otro. En nuestro caso, de hecho, es más bien al revés. A nosotros nos gusta tomarnos el tiempo que sentimos que necesitamos para conocer un lugar. Por lo que hay momentos en los que necesitamos parar y quedarnos unos días, semanas o meses en un lugar. Y hay otros momentos en los que necesitamos un ritmo más continuo de movernos de un lugar al otro. Vamos abiertos a las oportunidades que nos brinda el camino.

Por último me gustaría agregar que viajar es mágico, pero eso no significa que no haya momentos malos o difíciles. ¡Los hay! Pasar por esos momentos, superarlos, sobreponerse, enfrentarse a otras realidades y culturas es lo que hace tan enriquecedor viajar.

 

 

Si queda alguna pregunta sin responder déjenlas en los comentarios! 🙂

Buenas Rutas!

 

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