Llegamos a Loreto cayendo la noche, puesto que se nos hizo difícil conseguir raite hasta Insurgentes (ciudad entre La Paz y Loreto) simplemente porque no pasaba nadie por la carretera, y porque la camioneta que nos llevaba hasta Loreto acabo por quedarse sin gasolina a mitad de camino. Nuestra intención era quedarnos acampando en la playa pero agentes de la guardia civil no lo aconsejaron, ya que días antes habían sufrido la furia de un huracán. Esa noche después de caminar por las calles inundadas en busca de un hostal «barato» y de comer algo en el único puestito que encontramos abierto, caímos fulminados sobre las almohadas. Al día siguiente pudimos recorrer mejor el pueblo, nos asombró la cantidad de toldos destrozados y postes de luz doblados.

 

La fundación de la ciudad de Loreto está íntimamente ligada con la fundación de la Misión de Nuestra Señora de Loreto, que fue capital de Las Californias de 1697 a 1777.  En la actualidad la ciudad vive fundamentalmente del turismo y se ofrecen, sobre todo, muchas excursiones de buceo en el Mar de Cortés (sitio al que Jaques Cousteau nombró “el acuario del mundo”)

Al arribo de los españoles a la región existían tres grupos de pueblos originarios perfectamente definidos: pericúes, guaycuras y cochimíes. Los Pericúes habitaban la parte sur de la península y se extendían hacia el norte, desde Cabo San Lucas hasta la parte media de la península, los Guaycuras habitaban la parte media y los Cochimíes en el extremo norte. Todos los nativos que habitaban la región vivían una economía de subsistencia, recogiendo frutos y semillas cuando los había, cazando pequeñas especies o recogiendo moluscos y pescando en los litorales. Hoy para interiorizarse más con los conocimientos de lxs antiguxs habitantes hay que introducirse en las sierras de San Francisco donde se encuentran los murales de petro-grabados más grande del mundo. El pueblo en sí poco guarda relación con la imagen que se tiene de la cultura mexicana, la evangelización y la dominación de la conquista se hace notoria en una imponente catedral en el centro de la urbe (a la que nos rehusamos a ingresar y tomarle fotos)

Visitamos la Península de la Baja a mediados de octubre, fecha que se considera temporada alta, puesto que arriban miles de casas rodantes con gente provenientes de Cánada y el norte de Estados Unidos, que llegan a dicho lugar escapando del frío.Por esta razón se encuentran muchos hoteles con estacionamiento preparados para motor-homes. Como consecuencia de este turismo también, el pueblo no es muy mochilero- friendly puesto que los precios resultan bastante elevados en restaurantes, tiendas, hostales y en el supermercado.

En Loreto conocimos a una chica uruguaya (de la que me siento mal por no recordar su nombre) que tenía un restaurante de empanadas y pizzas (deliciosas) y mantenía intacta la herencia italiana. Ella nos llevó hasta Puerto Escondido cuando estábamos regresando al sur después del recorrido que nos dimos por todo el estado.

Los días que estuvimos en Loreto no pusieron el clima a nuestro favor para poder disfrutar de la playa, así que un día por la mañana decimos seguir rumbo a Bahía Concepción.

Algunas recomendaciones:

Donde dormir:

• Playa La Salinita: A 3 Kilómetros del pueblo, consiguen fácilmente raite hasta el lugar.
• Posada San Martín: Es lo más económico en el pueblo (100 pesos mexicanos por persona) Tiene Internet WiFi y por la mañana te dan café.

Donde Comer: Si se quieren dar un gustito el lugar más recomendable es Mezzaluna.

 

 

Te sumas?

• Facebook 
• Twitter 
• Instagram 
• YouTube 
• Suscríbete al blog para recibir en tu casilla de e-mail las nuevas publicaciones (no olvides confirmar las suscripción en tu bandeja de entrada)

Gracias por visitarnos!