Lima y Pachacámac
Salimos por la tarde rumbo a Lima desde Cuzco. Sabiendo que nos esperaba un viaje de 21 horas en autobús. El viaje empezó normal, mas tarde (ya de noche) mientras todos dormíamos el colectivo se detuvo, miramos por la ventana y estaba todo completamente blanco, se había congelado la ruta y no íbamos a avanzar hasta que se descongele (las rutas andinas son muy angostas y retorcidas).
Seguimos durmiendo hasta el amanecer, cuando despertamos volvimos a encontrarnos detenidos, con una fila kilométrica de autos y camiones. Había sucedido un accidente en la carretera y un camión había quedado detenido justo en mitad de la ruta. Esto nos demoró más y lo que suponía ser un viaje de 20 horas terminó siendo un viaje (sofocante) de 27. Cansadxs de estar sentadxs, salimos a caminar. En ese momento todxs pensamos lo mismo: Estamos atrapadxs en La Autopista del Sur! Tomar mates con unxs de este otro autobús, que de otro auto te inviten unos pancitos… Por suerte, nuestro cuento duró sólo unas horas y no la vida entera 🙂
Lima es una ciudad grande y caótica junto al Océano Pacífico, cuenta con vistas impresionantes desde el barrio de Barranco o Miraflores (barrios de clase alta) donde se construyeron miradores, plazas y malecones al costado de los riscos frente al mar.
Las playas por esta zona están repletas de pequeñas rocas, que si no estás acostumbrado te lastiman los pies y es bastante incómodo meterte al mar. Un poco más al sur, en el barrio de Chorrillos hay un par de playas de arena, las cuales están saturadas de gente que se quiere refrescar del calor limeño(como nosotrxs) así que hay que buscar un buen lugar para meterse a nadar un rato y seguir el día.
Llegamos casi al anochecer a Lima. No habíamos tenido contacto con nuestro amigxs que nos iban a hospedar, así que fuimos a una zona de lima donde nos habían dicho que podía haber hosteles baratos pero no fue así, tuvimos que pagar una noche a un precio que no nos convenía(lo bueno es que había internet, ducha caliente y desayuno) Al día siguiente nos encontramos con nuestrxs amigxs y vivimos una Lima muy diferente a la que se ve en Barranco. Vivimos la Lima real, la ruidosa, en la que te manejas en trasporte público gritando, donde las bocinas son lo más escuchado durante el día. A pesar de de ser tan caótica tenía su encanto (por lo menos para mí) era genuina la gente, la ciudad y el día a día, esa es la forma en la que se vive ahí. Ya que eran dos nuestrxs amigxs que nos hospedaban, nos dividimos, dos de nosotrxs nos fuimos con Mario y lxs otrxs dos se fueron con Carlos. Ambos vivían en Los Olivos un barrio perteneciente a la parte norte de Lima, un barrio de clase media en crecimiento, donde lxs chicxs jugaban en la calle, donde había muchos parques y lo más lindo! donde vivía la clase trabajadora limeña. El tiempo que pasamos ahí aprendimos a vivir como los locales. Entre todo esto visitamos una playa del sur de Lima(donde el agua es más fría aún) y también aprovechamos la oportunidad y fuimos al sitio arqueológico de Pachacámac, compuesto por templos, palacios y plazas. Este sitio fue el oráculo para muchas culturas, desde la Cultura Lima, pasando por la Cultura Huari y hasta el imperio Inca. Hoy, el sitio de Pachacámac cuenta con un museo donde se pueden apreciar restos objetos pertenecientes a las distintas culturas que lo habitaron. La vista que se tiene desde el Templo del Sol hacia el mar es preciosa, y hace entender porque cuando los Incas arribaron a este lugar no lo destruyeron y lo convirtieron en un lugar de importancia dentro de su cosmovisión. La entrada nos costó unos 8 soles, y la verdad que nos pareció sumamente económico teniendo en cuenta la importancia del lugar y lo bien cuidado y protegido que se encuentra. Realmente si van a Lima, no pueden dejar de visitar Pachacamac.
Otro lugar que nos hubiera gustado visitar, y que por una cuestión de tiempo no pudimos hacer, es Caral. Una civilización contemporánea de las de China, Egipto, India y Mesopotamia. Un sitio que cuenta con 5000 años de antigüedad y que desde su descubrimiento ha cambiado los esquemas que hasta ahora se tenían sobre el surgimiento de las antiguas civilizaciones que habitaron el actual territorio del Perú.
Después de estar un tiempo en Lima, de disfrutar su comida y convivir con su gente decidimos seguir viaje a Huanchaco para festejar el cumpleaños de Cokis en la playa ( ya de aguas más cálidas) y seguir nuestra ruta a México.
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