La ciudad de Guerrero Negro se encuentra en la costa del océano pacífico, al sur paralelo 28° norte (donde comienza Baja California)
Esta ciudad nace cuando un norteamericano llamado Daniel Ludwig decide instalar en el lugar una salina para cubrir la demanda de sal de la costa oeste de Estados Unidos.
La salina fue instalada en torno de la laguna costera Ojo de Liebre dando uso a los salitrales de la zona. Actualmente, esta empresa (51 % mexicana, 49% japonesa) es la exportadora de sal más grande del mundo.
En la temporada invernal (diciembre a marzo) Guerrero Negro se convierte en la residencia de decenas de especies de aves residentes y migratorias y de ballenas que arriban para dar a luz.
Nosotrxs llegamos a este pueblo haciendo auto-stop desde el cálido oasis de San Ignacio. Primero conseguimos raite hasta la ciudad de Vizcaíno, famosa por la cantidad de segundas (ferias americanas) en una pequeña camionetita y luego en un camión de carga.
Lo primero que hicimos fue buscar a Ramsés, amigo y genio total que nos había hospedado en La Paz, y que se encontraba en Guerrero Negro dictando clases en la cátedra de Turismo Alternativo de la Universidad Autónoma de Baja California Sur. Al ubicarse del lado del pacífico, el clima de la ciudad es bastante ventoso y mucho más frío por las noches.
Y para nosotrxs que veníamos del calorcito el impacto se hizo sentir. Ramsés nos puso en contacto con Kiko, otro amigo, y a cambio de ayudar un poco en su restaurante nos dejó poner la casa de campaña detrás. El restaurante y hospedaje de Kiko quedaba pasando el paralelo 28, es decir, en territorio del estado vecino de Baja California.
Estuvimos dos semanas en Guerrero y en ese tiempo aprovechamos para recorrer la Reserva del Vizcaíno, La Salinera, Los Bellos Amargos, visitar al berrendo (animal que se encuentra en peligro de extinción) y hasta tiempo para asistir a las clases de Ramsés!

El hábitat característico del berrendo son los espacios abiertos, como llanuras herbáceas y semi-desiertos

Cada berrendo tiene en su cuellos anillos, y en cada caso son diferentes, dejando grabado su nombre en su piel
Hay dos grandes problemáticas que aquejan a esta ciudad en la actualidad, por un lado los métodos conservacionistas que con el pretexto de preservar la vida del berrendo (animal de la baja) lo alejan de su hábitat natural, puesto que los terrenos en los que tal animal vivía hoy se destinan a fabricar casas para gringxs. Por otro lado el pueblo lucha por mantener alejada la minería, de la que no hay dudas acabaría con la fauna y flora del lugar.
De Guerrero más que paisajes nos llevamos amigxs! Gente que nos ayudó por puro altruismo, que nos abrieron las puertas de sus casas y nos invitaron a compartir. Tanto a la familia de Malena como a Kiko, les estaremos profundamente agradecidxs!
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[…] de recorrer 10 mil kilómetros desde Alaska, llegan cada temporada de invierno a los santuarios de Guerrero Negro, San Ignacio y Bahía Magdalena en la costa oeste del estado, para aparearse o a dar a luz a sus […]