Guayaquil
No soy activista de usar frases hechas pero “lo barato sale caro” se ajustó perfectamente al viaje en autobús de Máncora a Guayaquil. El viaje comenzó pasada la medianoche, el colectivo provenía de otra ciudad, por lo que ya tenía pasajerxs. Primero cargamos las mochilas en el porta-equipajes y luego subimos al autobús que se puso en marcha de inmediato apenas acabamos de subir, en ese momento nos percatamos que los boletos habían sido sobre vendidos y nos sentaron en los espacios vacíos e hicieron ir (durante un trayecto del viaje) a unx de nuestrxs amigxs en el asiento junto al conductor. Por supuesto que nos enfadamos, nos sentíamos claramente estafadxs, pero ya estábamos encima del vehículo y queríamos llegar al próximo destino. La entrada a Ecuador la hicimos alrededor de las 3 am, por suerte, fue bastante rápido y organizado (excepto por algunas personas que intentaban colarse frecuentemente en la fila) y luego de que se cortara la luz y volviera, sin poder quejarnos (había un cartel que lo prohibía) por fin teníamos el sello en el pasaporte y oficialmente estábamos en Ecuador.
Me despertó la luz del amanecer y pude disfrutar de cómo iba variando el paisaje hasta volverse más selvático. Al mediodía culminamos arribando a Guayaquil. No sabíamos que esperar de esta ciudad, realmente no tenía idea . Por recomendación de un amigo y cantante argentino de tango (que se ganaba la vida cantando y le permitía ir de país en país) nos trasladamos cerca del Mercado de la ciudad, donde los precios eran más accesibles.
Lo que más te llama la atención de Guayaquil (o al menos a mi) es la pobreza, es imposible no verla. Es la ciudad ecuatoriana con la mayor tasa de pobreza, una de las cosas que más me indignó del lugar, fue enterarme que prefirieron destinar el dinero que estaba previsto para realizar un sistema de aguas en los barrios más pobres para mejorar el famoso “Malecón”. Uno puede visitarlo y sacarse fotos en las partes turísticas y estéticas (y no juzgo a quien lo haga) como el Cerro Santa Ana y el barrio Las Peñas, o puede elegir recorrer la ciudad completa y tener una idea más realista del lugar.
Acabamos por quedarnos en un hotel (muy precario) donde la noche salía 3 dólares ( que para lo que ofrecía, era caro) la higiene brillaba por su ausencia. Salimos a almorzar y en una pastelería cercana descubrí uno de los postres “Tres leches” más deliciosos que probé hasta ahora (al momento de escribir este post no éramos veganos aún) Caminar por esa zona de la ciudad es darte cuenta lo abandonada que se encuentra y lo llena de ratas. Finalmente alguien nos indicó “la zona turística”, al llegar al célebre Malecón mi indignación se agravó, no pude tolerar ver tanta desigualdad, me pareció repulsiva.
No nos quedamos mucho en Guayaquil, puesto que nos tocaron días de mucha lluvia y no podíamos hacer semáforo. El día que nos estábamos yendo a la Terminal de Ómnibus nos paso algo de lo más extraño (y que no nos sucedió en todo el viaje) camino a la parada de colectivos, la gente local se nos acercaba y nos pedían que nos fuéramos rápido de allí, “que era peligroso para nosotrxs” ; mientras esperábamos por el colectivo, se acerca una mujer y nos pide que nos vayamos rápido, que estábamos llamando mucho la atención (y no era para menos, entre mochilas, clavas y guitarras) y que ya había escuchado a unos hombres con la intención de asaltarnos. Sinceramente, habíamos sentido algo hostiles las miradas de algunas personas que pasaban a nuestro alrededor, pero no nos parecía tan grave. De igual modo preferimos hacerlo caso, nos subimos a un taxi y nos fuimos a la Terminal para dirigirnos en dirección a la tan publicitada Montañita.
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samir issa
Mi Guayaquil del alma! Calor y miedo se siente en sus calles, el caos ronda tras cada esquina, las motocicletas te asustan y ver a tres chicleros en el bus te hace temblar, pero esta ciudad es única en el país, guarda cientos de historias y relatos escondidos. Siempre es mejor visitarla con alguien local, ya que se la reconoce por ser peligrosa. La próxima me avisas chicos para ver si algún amigo o familiar les puede dar una mano =)
Plan B Viajero
Hola Samir! Muchas gracias por escribirnos 🙂 Nos encantaría volver a Guayaquil y conocerla de mano de un local (nada mejor que eso!) También creo que si volviéramos hoy, no tendríamos la misma sensación, nos manejaríamos de otra forma y la viviríamos desde otro ángulo, porque lo que cambiamos (por suerte) fuimos nosotrxs! Nos queda tanto por conocer de Ecuador, que esperamos poder conocer mucho más en esta vuelta. Saludos!
Y muchas gracias por la invitación, la tendremos en cuenta 🙂
Priscilla Locke @pitonizza
La verdadera cara de Guayaquil es la que uds vieron chicos, lamentablemente no parece que vaya a cambiar. Soy guayaquileña, los conocí en el blap de hoy. Admiro mucho lo que hacen. No me pierdan de vista, si regresan a Guayaquil, les ofrezco toda la ayuda que esté en mis manos.
Plan B Viajero
Muchas gracias Priscilla! Saludos
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