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plan b viajero, bogota colombia

El viaje de Cali a Bogotá fue muy cómodo, lejos de la imagen que nos habían hecho de las carreteras en Colombia, ésta era una autopista muy transitada e iluminada. Llegamos a la Terminal de Ómnibus muy temprano en la mañana, del calor sofocante de Cali pasamos a un otoño refrescante. A Bogotá la llaman “la nevera de Colombia”, nombre que me parecía exagerado para un invierno en que la mínima era de 15 °, nosotrxs nos sentíamos más que bien con esa temperatura luego de las temporadas invernales vividas en Buenos Aires o el fenómeno en el altiplano del “invierno boliviano” . Nos tomamos un colectivo de línea que nos llevó hasta La Candelaria, centro histórico y zona turística por excelencia en la capital colombiana (de esto nos percatamos al momento de hospedarnos) Al descender del vehículo tuvimos un inconveniente con una mujer que se encontraba bajo el efecto de drogas (varias) y que insistía en que le diéramos dinero, le ofrecimos el agua y  comida que llevábamos con nosotrxs, pero se negó a aceptarla y en cambio insistía en que le diéramos dinero para un vino, no teníamos mucho dinero y tampoco sentíamos una ayuda el darle plata para comprar alcohol.

El hostal en el que nos quedamos lo encontramos por la página de holahostels (si bien a veces es más fácil encontrar hospedaje recorriendo, preferíamos tener una referencia al llegar a la ciudad, por lo menos para la primera noche y después buscar otras ofertas) El Hostel tenía una excelente ubicación a tan solo una cuadra del Museo del Oro, y por raro que parezca, era lindo e incluía desayuno y los más importante: era el más económico de la zona.

 

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La Candelaria

 

Si hay algo que se observa rápidamente en Bogotá es lo deterioradas que se encuentran las veredas y calles, pero se nota que es la gente la que mantiene viva la ciudad, la que no la abandona. Es impresionante la cantidad de Arte Urbano que se puede apreciar, metros de muros repletos de talento y creatividad, un verdadero deleite para los ojos.  Bogotá cuenta con un increíble sistema de transporte como el Transmilenio, y es muy fácil y efectivo utilizarlo para trasladarse de un lugar a otro. También observamos barrios muy cuidados y otros en situación de pobreza extremos (esto claro, lejos de La Candelaria).

 

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Al principio parece complicado el sistema de calles y carreras de la ciudad para encontrar una dirección, pero una vez que lo comprendés en realidad es muy fácil. La ciudad en el este, está bordeada de montañas, en la cima de una de ellas, se encuentra el Santuario de Monserrate (punto principal de referencia para la orientación de la ciudad) Las calles de Bogotá, fueron diseñadas en forma de cuadrícula. Las «Carreras» van paralelas a las montañas de sur a norte y se abrevian en los mapas como Cra. K. y Cr. Las «Calles» van del este al oeste atravesando las Carreras perpendicularmente; su abreviación es Cll, Cl, o C. Además de las carreras y calles tienen las «Diagonales» y las «Transversales» que corren diagonalmente. Las diagonales van del este al oeste, como las calles, y las transversales van como las carreras, de sur a norte. Las avenidas van paralelas, diagonales o perpendiculares a las calles; son calles principales y en general, más anchas que las otras.

 

Bogotá

Carrera 7 Bogotá.
Fotógrafo Ariel Arango
Entrelazando

 

En el hostal acabamos conociendo a un argentino que estaba de vacaciones, y con el que enseguida nos llevamos bien, fue una gran satisfacción encontrarlo puesto que el además de que el lugar estaba lleno de vendedorxs de Herbalife (había un congreso en la ciudad y llegaron del resto de los países latinoamericanos para asistir al evento) que resultaron ser bastante extrañxs, ya que todo el tiempo intentaban venderle al resto de lxs viajerxs y turistas uno de sus mágicos productos. Lo que resultaba llamativo era que todo el tiempo llevaban consigo una remera o insignia de la marca y no dejaban de remarcar que dicho producto “les había salvado la vida” o se excusaban aclarando que Leonel Messi “utilizaba dicho producto” (excusa que me resultaba inválida primero porque no representa un referente en mi vida y segundo porque es mera publicidad! Siguiendo el mismo silogismo, dicha persona toma gaseosa, come pan lactal y como snacks!) Aclaración: No tengo nada en contra de quienes se ganen la vida vendiendo este tipo de productos que promueven la “vida sana” (aunque yo creo que lo mejor es tener una vida activa y comer sano!) pero realmente me resultaba tedioso su constante insistencia por vendernos los productos con la utilización de las mismas frases y el repetitivo discurso que parecía sacado del capítulo de Los Simpson donde conocen a El Líder!

Además de lxs vendedores de Herbalife, la mayoría (no todxs) de lxs turistas que se hospedaban en el lugar nos resultaban rarxs, puesto que la mayoría no dejaba nunca las instalaciones, me queda la duda de que habrán llegado a conocer de la ciudad si solo salían al exterior para ir al supermercado.

En la ciudad nos encontramos con un conocido, rolo de nacimiento, que nos invitó a conocer la otra Bogotá, la que vive la gente local (y la manera en que nos gusta conocer los lugares) la verdad que fueron días geniales! es una ciudad en la que rápidamente aprendimos a manejarnos y a trasladarnos de un lugar a otro. Fueron días de muchas caminatas, de muchos viajes en Transmilenio apretujadxs (pero sumamente divertido) y de compartir con lxs nuevxs amigxs el ritual de tomar Agua Ardiente cada unx en un vasito.

Con ellos fuimos a un festival que se realizo por esas fechas en la ciudad llamado Bogotrax, ese día iba a tener lugar el evento en el Teatro Libre de Chapinero, donde pasamos un buen rato, con lxs amigxs Rolos como el Mono y con lxs amigxs porteños como Andres.

 

Bogotá Teatro Libre de Chapinero

Teatro Libre de Chapinero

 

En la ciudad ofrecían tours a la isla de San Andrés, y claro, cuando ves las imágenes es un lugar que te dan ganas de conocer, pero cuando averiguamos y nos dijeron que necesitábamos 500 dólares para hacerlo, dijimos: No, Gracias! Entre tantas fotografías en el buscador de Google vimos otra isla (muy bella) llamada San Bernardo, pero resultó que nadie sabía exactamente donde quedaba ni cómo llegar porque al parecer no era para nada turística (motivo por el cual nos llamaba más la atención) así que nos quedamos sin isla paradisiaca para conocer :

Fueron días maravillosos los que pasamos en Bogotá y desde la capital colombiana nos tomamos un autobús destino a Barranquilla.

 

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Somos Gabriela De Marcos y Camilo Peña, una argentina y un mexicano que en el 2012 hicimos del viaje un estilo de vida. Nos gusta viajar lento, vivir en armonía con la naturaleza y compartir experiencias y relatos de viajes.

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